SOBRE LAS DOCTRINAS FUNDAMENTALES.

(Por HNO. J. C. ORELLANA).

Cuando hablamos de doctrinas fundamentales nos referimos a un conjunto de enseñanzas que son parte esencial de la fe que cada cristiano ha de sostener y en la cual debe crecer. Respecto a esto, las Escrituras nos señalan que la primera generación de cristianos con perseverancia participaban de “la doctrina de los apóstoles” (Hch. 2:42); dichas doctrinas están registradas en las páginas del Nuevo Testamento, donde encontramos el relato de sucesos y enseñanzas históricas dadas por el Autor y Consumador de la fe, Jesús (el Mesías, Hijo de Dios) y de aquellos que fueron testigos, encaminados por el Espíritu Santo, para registrar Su vida, enseñanzas y las revelaciones que Dios les dio respecto a Su Evangelio “que Él había prometido antes por Sus profetas en las Santas Escrituras” (Ro. 1:2).

Las doctrinas de carácter fundamental no son transables debido a que en ellas la esencia de la fe cristiana se encuentra expresada, pues la fe bíblica no se basa en emociones irracionales, suerte o superstición, sino en un conjunto de sucesos y enseñanzas históricas importantes de Dios, Quien se ha manifestado en la historia a los hombres. El contenido de la fe, la fuente de la información desde dónde proviene nuestra fe, se encuentra registrada en las páginas del libro más influyente en el mundo: La Biblia; en cuyas páginas se nos relatan y enseñan diferentes temas, todos con un mismo fin: Que conozcamos al Dios Trino.

Todo lo que tenga relación a lo que Dios ha dicho de Sí mismo y que nos permite conocerle y entenderle, es de carácter fundamental (Jer. 2:8; 4:22;  9.23-24; 31:34; Mt. 11:27; 16:16-18; Jn. 1:18; 14:8-11; 17:3; Heb. 8:11); todo aquello que tenga relación a nuestra fe y salvación, lo es también (Jn. 3:18; Ro. 1:1-3;  1Co. 15:16-17; Ga. 1:1-9). No obstante, estamos conscientes que existen también doctrinas o enseñanzas de carácter general, lo cual no significa que no tengan importancia, sino que en ellas puede haber diversidad de visiones que no afectan lo fundamental. Por ejemplo, una doctrina fundamental es que el Señor Jesús regresará por segunda vez (1Ts. 4:16), aquí hay algunos que hacen énfasis en una venida silenciosa dónde se “raptará” a las iglesias rescatándolas de una gran tribulación que comenzará; y también hay otros que dicen que el Señor vendrá en gloria y majestad después de la gran tribulación, llevándose consigo a las iglesias presentes. ¿Se dan cuenta? Dos posturas distintas de acontecimiento finales (y hay otras más), y por estas posturas algunos discuten y hasta se han dividido, lo cual es síntoma de una mente obtusa e inmadura, pues lo fundamental de todo esto es que el Señor volverá por segunda vez, a lo que todos decimos “¡Amén!”; sea antes, durante o después de la gran tribulación, lo que sabemos es que volverá  “y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén” (Ap. 1:7). Eso es fundamental saberlo y es la razón por la que debemos vivir esperando que desde el cielo aparezca nuestro Salvador y Señor.

También, en cuanto a lo general y fundamental, podemos mencionar aquí las distintas formas que se tienen en cuanto a las reuniones y el participar de ordenanzas santas, como la cena del Señor. Sabemos que esto es importante en la reunión cristiana, pues corresponde a una ordenanza establecida por el propio Señor Jesús (Mt. 26:26-29; Mr. 14:22-25; Lc. 22:14-20; 1Co. 11:23-26) de reunirnos en comunión como iglesia a recordar Su muerte y anunciarla hasta que Él venga (1Co. 11:26). Dicha celebración es algo serio que nos recuerda una doctrina de carácter fundamental, pero que en cuanto a la forma de comer del pan y beber el vino que nos recuerdan la carne y la sangre de Cristo, puede haber diversas costumbres. Por ejemplo, hay hermanos que participamos de la cena partiendo juntos un solo pan[1] y bebemos el vino en una misma copa[2]; pero conocemos otros hermanos que entregan a cada uno de los asistentes un trocito de pan y un vasito de vino. Ambas formas son distintas, sin embargo, debemos identificar si el fondo es el mismo. El fondo es fundamental, la forma es un asunto general. ¿Se dan cuenta? Si el fondo es el correcto, todo está bien.

Hay muchos hermanos que le tienen miedo a la palabra “doctrina”, pensando que esta es la que genera cristianos fríos carentes de vida espiritual, ignorando que al sostener dicho pensamiento y enseñarlo a otro, ellos mismos están sosteniendo una “errada doctrina”. La palabra “doctrina” significa enseñanza o instrucción, y si no tenemos claras las enseñanzas fundamentales que debemos saber y enseñar a otros, entonces, por ignorancia, nos exponemos a instruir erradamente a los hijos de Dios, lo que es negligencia delante del Señor (Stg. 3:1). Con esto queremos decir que sin importar quiénes somos, siempre habrá alguien que estará aprendiendo de nosotros, sea de hecho o de palabra, alguien nos estará poniendo atención y aprendiendo de nuestra “doctrina”.

En conclusión, nos engañamos a nosotros mismos diciendo que no tenemos doctrina, o que no necesitamos tenerla. Es como el error de algunos que dicen: “No hay verdad absoluta”, y no se dan cuenta que al decir eso están dando por absoluta su declaración. Es una paradoja. Así que debemos saber que cuando decimos que no tenemos doctrina o que las doctrinas no sirven de nada, estamos enseñando e instruyendo a otras personas en ese pensamiento, lo cual, lo vuelve una “errada doctrina”, la que, volviéndose paradigma, será muy difícil de quitar. Siendo así, ¿no sería mejor instruirnos en aquellas enseñanzas que el Señor nos ha dado para entregar a otros? Si adoctrinar es algo que como cristianos hacemos naturalmente, ¿no sería bueno conocer lo que debemos enseñar? El Señor Jesús dejó a los apóstoles instrucciones específicas respecto a que hicieran discípulos, los bautizaran y que les enseñaran a guardar todas las cosas que Él les mandó (Mt. 28:18-20), ¿no deberíamos procurar conocer esas cosas? Hacerlo tiene un nombre: Diligencia.

Dicho todo esto, mis hermanos, vamos a listar una serie de doctrinas que consideramos fundamentales para la fe cristiana, y en el presente libro, nos dedicaremos a tocar todos los puntos de la primera serie correspondiente a la Biblia.

Por lo tanto, procedemos a listar:

LISTADO GENERAL DE DOCTRINAS FUNDAMENTALES.
1. SANTAS ESCRITURAS (Bibliología):  

1.1. La revelación de Dios.

1.2. El Origen de la Biblia.

1.3. El concepto de inspiración.

1.4. El canon bíblico.

1.5. La iluminación-revelación.

1.6. Hermenéutica y exégesis.

1.7. El Texto, autógrafos y manuscritos.

2. LA DOCTRINA DE DIOS (Teología):

2.1. La existencia de Dios.

2.2. Los atributos de Dios.

2.3. Los nombres de Dios.

2.4. La Trinidad.

3. JESÚS EL MESÍAS (Cristología): 

3.1. Su preexistencia y Sus Teofanías.

3.2. Su Divinidad.

3.3. Su Humanidad, historicidad, profecías y tipología.

3.4. Jesucristo Dios-Hombre.

3.5. Impecabilidad de Cristo.

3.6 La Imagen del Dios Invisible.

3.7. El Evangelio de Dios.

3.8. El Gran Sumo Sacerdote  de un Nuevo Pacto.

4. EL ESPÍRITU SANTO (Pneumatología):

4.1. La personalidad del Espíritu Santo.

4.2. Pruebas de la Deidad del Espíritu Santo.

4.3. El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento.

4.4. El Espíritu Santo en la vida de Jesucristo.

4.5. El Espíritu Santo en la Iglesia.

4.6. El Espíritu Santo en la salvación.

4.7. El bautismo en el Espíritu Santo.

4.8. El fruto del Espíritu Santo.

4.9. Los dones del Espíritu Santo.

5. LOS ÁNGELES, SATANÁS Y LOS DEMONIOS (Angelología):
5.1. Los ángeles: creación, servicio y futuro.

5.2. Lucero, Satanás: su creación y caída.

5.3. Los demonios.

5.4. Su juicio.

6. EL PECADO (Jamartología):

6.1. La realidad del pecado.

6.2. El origen del pecado.

6.3. La naturaleza del pecado.

6.4. Los resultados del pecado.

6.5. El castigo del pecado.

6.6. El pecado y el creyente.

7. EL HOMBRE (Antropología):

7.1. La creación del hombre.

7.2. El estado original del hombre.

7.3. La caída del hombre.

7.4. La restauración del hombre.

8. SALVACIÓN (Soteriología):

8.1. La fuente de la salvación.

8.2. El plan eterno de redención.

8.3. La aplicación del plan.

8.4. La eterna seguridad.

8.5. La justificación.

8.6. La redención.

8.7. La expiación.

8.8. La regeneración.

9. LA IGLESIA (Eclesiología):

9.1. Etimología de “Iglesia”.

9.2. La Iglesia y las iglesias.

9.3. El Fundamento de la Iglesia.

9.4. Autoridades en la Iglesia.

9.5. Jurisdicción de las autoridades.

9.6. Autonomía y dependencia.

9.7. Los dones en la Iglesia.

9.8. Ordenanzas: El bautismo en agua.

9.9. Ordenanzas: La cena del Señor.

9.10. Ordenanzas: El velo.

9.11. Ordenanzas: Las ofrendas.

9.12. Ordenanzas: El ministerio de la Palabra.

9.13. Ordenanzas: Otros servicios (alabanzas, oraciones, etcétera.)

9.14. Ordenanzas: La iglesia reunida.          

9.15. Sacerdotes para Dios.

10. LOS ACONTECIMIENTOS FUTUROS (Escatología):

10.1. El arrebatamiento.

10.2. La segunda venida de Cristo.

10.3. El Tribunal de Cristo: Vencedores y disciplina.

10.4. Las bodas del Cordero.

10.5. El Anticristo.

10.6. Israel.

10.7. El Milenio.

10.8. El fin de los tiempos.

Mis hermanos, de todas estas doctrinas que acabamos de listar tenemos cuatro principales, las cuales debemos procurar atender con suma diligencia: Las Santas Escrituras, y la doctrina de Dios, y Jesús el Cristo, y el Espíritu Santo. Estas cuatro deberían ser atesoradas por nosotros, y atendidas con toda solicitud de nuestra parte[3].




[1] Un pan grande se parte en trocitos pequeños para que los asistentes coman.

[2] Se va pasando una misma copa entre los asistentes.

[3] Cabe señalar, que el orden de las doctrinas itemizadas ha sido cambiado por el autor. Es decir que aunque los puntos son los mismos tocados en la Escuela de la obra, el orden fue cambiado por el hermano J. C. Orellana con el fin de que los lectores tuvieran un orden de prioridades en el estudio de todas estas doctrinas.